Artículo.- CONSTELACIONES FAMILIARES

Revista : CELEBRA

Revista mensual del periódico Victoria de Durango

Edición: Junio de 2021

Dra. Ma. Luisa Rivera García
Facebook: Dra. Ma. Luisa Rivera
Correo electrónico: marialuisarg0505@gmail.com

Ahora me han pedido que escriba sobre Constelaciones Familiares, el trabajo psicoterapéutico de mayor actividad e influencia en nuestros tiempos.

Y desde luego no se puede hablar de Constelaciones sin hablar de “su padre” Berth Hellinger. Fallecido el 20 de septiembre del 19, a los 93 años. Nace en Leimen Baden-wurttemberg Alemania, en una familia muy culta y religiosa. A los 17 años fue vigilado por la Gestapo por lo que se enlistó como soldado, fue hecho prisionero de guerra, lo que paradójicamente lo libró del nazismo.

Al terminar la guerra, contando con 20 años, entra a una orden católica religiosa y después de 25 años de servicio deja el sacerdocio con paz.

Cuenta cómo un ministro hizo la pregunta medular que le llevó a enfocar su trabajo como cuidador de almas en una nueva dirección: ¿Qué es más importante para ti, tus ideales o la gente? ¿Cuál sacrificarías?

Posteriormente estudió Dinámica de grupos, Psicoanálisis, Terapia Primal, Psicodrama, Hipnosis, Análisis Transaccional, Gestal, Programación Neurolingüística y Terapia Familiar Sistémica, entre otras.

El estudio y experimentación de todas estas formas de terapia lo llevaron a desarrollar lo que conocemos como “Las Nuevas Constelaciones Familiares desde el enfoque de Berth Hellinger” que recoge lo fenomenológico dirigiéndolo hacia la solución de las dificultades emocionales. Propuesta que le ha valido el reconocimiento mundial como uno de los terapeutas claves de la psicoterapia actual.

Algunas de las frases que podrían darnos algo de luz sobre la profundidad de su propuesta serían: “Honrar a los padres significa tomarlos tal y como son y honrar la vida significa tomarla y amarla tal y como es: con el principio y el final, con la salud y la enfermedad, con la inocencia y la culpa” De su libro “Los órdenes del amor”.

“El amor es una parte del orden, el orden precede al amor y el amor únicamente puede desarrollarse en el marco del orden” (Idem).

“Fluir en el amor pasa por reconocer y dar lugar al orden y a reconocer y aceptar la jerarquía dentro del sistema familiar” (Idem).

“El orden, sin embargo, nos viene dado y no es posible sustituirlo por el amor. Sería ilusorio” (Idem).

“La violación de la jerarquía se ve en una familia, especialmente cuando un niño quiere hacerse cargo de algo que es de sus padres para así salvarlos” (del libro “Constelaciones Familiares del Espíritu”).

En el tema de ayuda nos dice: “Los humanos dependemos en todos los sentidos, de la ayuda de otros. Únicamente así podemos desarrollarnos. Al mismo tiempo, también dependemos de ayudar a otros. Quien no es necesario, quien no puede ayudar a otros, acaba solo y atrofiado. La ayuda, por tanto, no sólo sirve a los demás, también nos sirve a nosotros mismos” del libro “Órdenes del a ayuda”.

“¿Qué significa ayudar? La ayuda es un arte, como todo arte, requiere una destreza que se puede aprender y ejercitar. También requiere empatía con la persona que viene en busca de ayuda. Es decir, requiere comprender aquello que le corresponde y al mismo tiempo, la trasciende y la orienta hacia un contexto más global” (Idem).

“El primer orden de la ayuda significa que uno sólo da lo que tiene y sólo espera y toma lo que realmente necesita” (Idem).

Reflexionar, tratando de llegar a todas las implicaciones de alguna de las propuestas que las frases nos abonan, tal vez, nos acerquen a lo profundo del pensamiento de Berth y a la posibilidad de una mayor fluidez y bienestar en nuestro acontecer.

Eric Berne, su biógrafo dice “Beth tiene la fuerza de lanzarse a situaciones totalmente nuevas y de sumergirse en ellas. Cuando ya domina algo, tiene que abrirse a otras cosas. Duda de todo y no acepta nada sin una verificación empírica previa del fenómeno. Su insistencia en ver lo que realmente es, combinada con la constante lealtad y confianza en su sensación interna, el dolor físico que le produce lo “falso” y la fuerza que le da lo real, le guían con seguridad.