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Artículo.- VICTIMA O “VISTIMA”

Revista : CELEBRA

Edición: 5 de mayo de 2021

Revista mensual del periódico Victoria de Durango

Dra. Ma. Luisa Rivera García
Facebook: Dra. Ma. Luisa Rivera
Correo electrónico: marialuisarg0505@gmail.com

El año pasado tuve el gusto de debatir en grupo el tema de la víctima, dentro del diplomado “fluir en el amor”. Una compañera nos trajo un meme en donde una mujer, habla de otra, que lo tiene todo, pero lo padece. Y se refiere a ella diciendo que es una “Vístima” desde el sarcasmo silvestre y obviamente desde una mala dicción.

A nosotros nos hizo gracia y dio pie a revisar la condición de víctima. Todos en algún momento de la vida, hemos estado o hemos pasado por circunstancias que nos colocan en el lugar de víctimas.

Particularmente en la infancia, en donde estamos a merced de los avatares que la vida nos traiga a través de las complicaciones que nuestros padres vivan.

Sí, como niños es poco lo que podemos hacer frente a lo que la vida nos presente: escondernos, callar, evadir, llorar, tolerar, cerrarnos… huir, que es el caso de los niños en situación de calle, para ellos es más segura la calle que su propia casa.

El tema es que, de adultos teniendo acceso a muchos más recursos, respondemos como el niño (a) que éramos y nos quedamos estancados en situaciones difíciles, a veces hasta las buscamos, es como si desde algún lugar inconsciente, nos dijéramos “me quedo para ahora sí resolverlo”. Sólo que al enfrentar cualquier situación de abuso la vuelvo a enfrentar como el infante lo hacía, me hago chiquito.

Por decir algo, si siendo niño, viví situaciones en las que me sentí humillado, menospreciado, violentado e impotente, de adulto “busco” o me coloco frente a las experiencias de la vida, desde el mismo lugar, replicando las mismas emociones, sin recurrir a los recursos que como adulto ya tengo. Como tal, puedo hacerme cargo de muchas situaciones, pero en cuanto me enfrento a algún tipo de abuso, vuelvo a vivirlo como el ser indefenso y sin recursos víctima de la situación.

Hacerme cargo de la situación, hace acopio de mis recursos de adulto, usarlos para tener una buena vida es lo que toca como adulto.

El riesgo de no hacerlo es convertirme en “vístima” en cualquiera de sus acepciones:

a) Un adulto que padece sin motivo real

b) Un adulto que aprendió a “vivir” a través del sufrimiento

c) Un adulto que manipula desde su sufrimiento

Como podemos deducir, ninguna es grata, aunque la tercera puede parecerlo (je,je,je).