Artículo.- COCO Y LOS MUERTOS
Revista : CELEBRA
Edición: AÑO 5/EDICIÓN 23/Noviembre 2019
Revista mensual del periódico Victoria de Durango
Dra. Ma. Luisa Rivera García
Estamos en el tiempo de honrar a nuestros muertos y ni modo, surgen las imágenes de Coco (2017), película con la que Disney – Pixar rinde homenaje a nuestra tradición de día de muertos.
De Coco se pueden decir muchas cosas, las operativas: que se hizo a partir de un intenso y vivencial trabajo de investigación, ya que Lée Unkrish (director) y los guionistas Adrián Molina y Mathee Adrinsh visitaron (¡por 6 años!) las principales ciudades de México y muchos de nuestros pueblos entrevistando a un sin número de personas en busca de historias, anécdotas y leyendas sobre nuestras tradiciones entorno a los muertos.
Pixar además tuvo la “humildad” de contratar como guionista a un méxico -norteamericano (Molina) y decidió estrenar su película (antes que en EU) dentro del XV festival de cine de Morelia, Mich. Tiene además el mérito de haber sido expuesta en ¡plena era Trump! una película homenaje a nuestras tradiciones, a México en este tiempo de odio a lo mexicano, es inaudito y de admirar.
Se le critica que de tantas referencias culturales; mariachi, piñata tamalitos, alebrijes, calaveras, catrinas, etc., puede llegar a ser folclórica, pero el detalle, el aspecto estético y toda la composición artística la convierten en un regalo a los sentidos.
El que incluya a personajes icónicos de nuestra historia como Frida Kahlo, Emiliano Zapata, Jorge Negrete o Cantinflas, la hace aún más entrañable a nuestros ojos y le permite a cualquier extranjero acercarse al realismo mágico en que crecemos.
Pero hay más. La película habla de México, pero además muestra de manera muy clara, elementos de las Constelaciones Familiares. El tema de los “excluidos” del sistema familiar, que, al pretender borrarlos, algún descendiente retoma su destino, buscando hacerlos presentes es un planteamiento de las nuevas Constelaciones del Dr. Berth Hellinger.
Miguel, el niño protagonista, siente una gran atracción por la música y busca convertirse en músico, sin saber que su bisabuelo lo era. Bisabuelo que fue “excluido” del sistema, por la bisabuela, quien, al sentirse abandonada por él, pretende borrar cualquier cosa que lo recuerde, no solo su imagen sino la música que él tanto apreciaba. Prohibió la música de cualquier tipo, de cualquier género para ella y para todos sus descendientes. Prohibición que es respetada por generaciones, hasta que un bisnieto, Miguel, siente ese jalón del sistema, a través de la música y sin saber mucho del bisabuelo se lanza en su búsqueda. Búsqueda que lo lleva literalmente al “otro mundo”. Y como pasa en la vida real, termina en un enredo en el que no sabe ni como entró, pero que “sabe” tiene que resolver, haciendo presente al bisabuelo.
El “enganche” surge de la música, pero la carga viene de otro lugar. En su búsqueda, Miguel no solo recupera al bisabuelo, sino que logra desentrañar los secretos que lo alejaron de su hogar.
Es interesante porque, en veinte años de conocer Constelaciones Familiares, he podido ver, en la vida real, situaciones parecidas en las que un descendiente logra develar secretos y hacer presente a algún excluido. Desde luego, sin la majestuosidad, sin el colorido, sin la banda sonora o el perrito xoloitzcuintle de la animación. Pero con el sentido profundo de honrar y hacer presente a algún excluido implicado en el sistema familiar.
La noción de que el alma de algún descendiente puede buscar la reconciliación en el sistema familiar es uno de tantos regalos que nos dejó el Dr. Bert Hellinger desde sus Constelaciones Familiares. Y digo “nos dejó”, pues el pasado 19 de septiembre, dejó su cuerpo para regresar a la esencia. Con casi 94 años de edad, se fue tranquilo sabiendo que había logrado hacer que su vida tuviera un sentido. Descansa en paz. Gracias, gracias, gracias.