Artículo.- “Puppy love” ENAMORAMIENTO ADOLESCENTE
Revista : CELEBRA
Edición: #12/2018
Revista mensual del periódico Victoria de Durango
Dra. Ma. Luisa Rivera García
¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! Déjame ir al partido, mira es en la tarde, voy con Marina, nos regresamos en cuanto acabe; ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!
Nunca había pedido con tanta vehemencia un permiso, algo se trae…
“Bueno va, pero dejas tu cuarto bien recogido y la tarea terminada. ¡No quiero andar con el pendiente el domingo en la media noche!”
No siempre fue la niña displicente y mal hecha que está siendo, pero tampoco es “normal” la velocidad con la que acató la indicación y lo bien que dejó todo. Recámara impecable, tarea perfecta, margen, fecha, buena letra y corrió a que le revisara ¿tanto interés en el partido? Además el ánimo ¡rápida, alegre, entusiasta, amable, hasta dulce!
¡Como si yo misma no lo hubiera experimentado! El hormigueo en el cuerpo, las mariposas en el estómago, el corazón saliéndose a brincos del pecho; y al mismo tiempo tratar vehementemente de que no se note, de aparentar calma… Imposible, un avallazador rubor, delata, irrumpe y me expone ante todos tan solo al oír su nombre, Alberto, Alberto… ese Alberto y ningún otro.
No, no hay duda, mi hija está viviendo su primer amor. “Puppy love” le dicen los gringos, amor de cachorros por espontáneo, fresco, intenso. Sí, sobre todo intenso, tan intenso que te “apaníca”. Aunque en este punto ya no sé quién se apaníca mas, la niña frente a este amor irruptivo o la madre frente al crecimiento irruptivo de la hija.
Y ahora, quién le explica que es maravilloso, pero que debe cuidarse y cuidarlo (al amor) que justo por todo esto que te despierta se hace tan difícil. ¿Cómo la protejo del dolor? Porque muy probablemente va a doler. Lo intenso, la juventud, la vida, todo lo complica, lo hace difícil.
Hay quien dice que su primer amor fue en el kínder, para algunos fue su maestra, para alguien más su compañerita. Pero el primer amor adolescente es otro nivel, se junta con la irrupción hormonal ¡y te arrasa! No queda sino vivirlo…
PERO, ¿QUÉ ES LO QUE HAY QUE CUIDAR?
Es tan intenso que se compromete todo; tu corporeidad, tu emocionalidad, ¡tu ser entero!
Esta irrupción hormonal unida a la atracción inconsciente, confluyendo y apuntando a una sola dirección, muy precisa, muy concreta, con nombre y apellido (Alberto,… Alberto), se convierten en una bomba que te puede explotar en las manos.
Tenemos en Durango uno de los lugares más altos en el país en embarazo adolescente y es que esta confluencia, no te permite pensar, ¡te arrasa!. Y un bebé es una bendición, pero es una bendición a la que hay que dedicar mucho tiempo y toda tu energía, lo que implica que cualquier otro proyecto: escuela, viajes, fiestas, queda pospuesto o de plano suspendido.
Y LUEGO, ¿POR QUÉ ATRACCIÓN INCONSCIENTE?
Porque realmente no sabemos qué nos lleva a elegir a ese Alberto… de todos los Albertos, de todos los chicos, de todos los hombres, ¿por qué él se convierte en el sujeto de mi amor? Realmente no sabemos y podemos decir que son sus ojos, su pelo o sus “pompis”, pero en realidad es algo que percibo en él pero que tiene que ver conmigo y con la parte de mí que no conozco, esa parte de mí que me determina, pero de la que no sé, de lo que me es “inconsciente”. O sea, me determina pero no lo conozco. Y tal vez lo que atrae, desde lo inconsciente, sea mi rebeldía no expresada o mi indefensión disfrazada, o despierta a mi rescatadora escondida, pero en realidad lo que me enamora de él está en mí, aunque no lo sepa, por eso, si algo te da tu primer amor, tu “puppy love”, es la posibilidad de conocerte, de saber de ti… si te das la posibilidad de revisar, de mirarte, de analizarte, antes de que todo tu futuro se comprometa.
Huir de él es imposible, negarlo tampoco sirve, la opción es vivirlo, reconocerlo y reconocerte para crecer desde ahí… sabiendo que posiblemente dolerá, pero que pocas experiencias podrán darte más luz sobre ti misma (o) que esta.